Pachico Tejada
Santo Domingo, RD

 El coronavirus ha golpeado a todos los sec­tores de la so­ciedad. Uno de los más perjudicados ha sido la música, por lo que los artistas dedicados a es­ta disciplina han tenido que ser más creativos que lo normal.

Es por eso que Milly Que­zada (Santo Domingo, 1955) no se ha quedado sentada, sino que ha deci­dido hacer frente a este mal con lo que mejor sabe ha­cer, dar su arte a sus segui­dores con el concierto “Vol­vió Juanita”, un show con el que pretende dar la bienve­nida a la época navideña en tan especiales circunstan­cias y dar así una especie de “abrazo virtual” a todos su público. El concierto, que se pre­sentará a través de su cuen­ta de Youtube el 6 de di­ciembre próximo, con el que busca llevar un poco de alegría al público en estos tiempos. “Ahora con la pan­demia estos recursos virtua­les nos permiten mantener­nos en contacto cercano”, comenta Milly, quien pese a tener así la posibilidad de actuar, entiende que no es lo mismo.

Y esto porque la inte­racción en directo con la audiencia es una expe­riencia que entiende irrem­plazable, y que luego de todos estos meses de confi­namiento y cuidado, de cri­sis económica, de pérdidas de seres queridos, extraña los shows en vivo. “A noso­tros los artistas nos hace fal­ta la música, el escenario, el aplauso, el contacto con la gente como respirar”, ase­gura la merenguera, quien visitó LISTÍN DIARIO pa­ra dar detalles del que será su primer concierto en una plataforma digital. El merengue que da nombre al espectáculo es una especie de himno que representa una de las can­ciones que dan sonido a la temporada navideña domi­nicana desde que fuera pu­blicado en 1984, como par­te del disco “Esta noche, Los Vecinos”.

“Tiene muchas razones de ser y de que seguirá sien­do una tradición, con un te­ma obligado de esta época y de todo el año, comenta Quezada al hablar de “Vol­vió Juanita”, autoría de la colombiana Esther Forero. En el universo del meren­gue, Milly Quezada es casi la única en un montón de intérpretes de género mas­culino. El hecho de que no muchas representan­tes de su género hayan in­cursionado en este ritmo lo atribuye al hecho de que tanto hombres como mu­jeres, ven sus ideales en los intérpretes hombres, más que en sus equivalentes fe­meninos.

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